Traiga una foto, intente buscarla, ¿no cree que se fue con el novio? Quizá ya no quería estar con ustedes. Así son las jóvenes. Espere un poco más. Regrésese a su casa, seguro le habla. ¿Preguntó a sus amigas? ¿Intentó entrar a su Facebook? ¿Estaba en drogas? ¿Ya pasó más tiempo? ¿Pasaron dos días, tres, una semana? Le pedimos que haga lo que haga, no hable con los medios, van a entorpecer la investigación.
Esta última frase, la he escuchado decenas de veces, familiares de mujeres desaparecidas a quienes la fiscalía les pidió que, por favor, no hablen con los medios. Muchos deciden hacer caso, tienen todas sus esperanzas puestas en las “autoridades” que fingen estar trabajando. Otras se cansan de esperar y valientemente, temiendo que esto pueda jugar en su contra, deciden contarnos su historia.
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¿Por qué en un país en donde hay mujeres desaparecidas y asesinadas a diario, todos estamos hablando de Debanhi? Hay tres factores que considero han hecho que esa historia haya tenido tanta cobertura: la escalofriante última foto de Debanhi al lado de la carretera, la historia de las “amigas” que hizo que llamara poderosamente la atención en las redes sociales, y un padre desesperado (como lo estaría cualquiera en su lugar) que no dejó de buscar, ni de dar todas y cada una de las entrevistas que le pidieran. Cuando los medios voltean, las autoridades hacen lo que pocas veces: su trabajo. El padre de Debanhi contaba una historia que rara vez se ve en los familiares, él sí creía que la fiscalía estaba haciendo su trabajo. El gobernador hablaba con él todos los días, le enseñaban videos, podía revisarlos, regresar al lugar, preguntar, ayudar en la investigación, todo. Hasta que apareció el cuerpo, en el lugar en donde buscaron varias veces. La mañana siguiente, en entrevista para DPC, Mario nos decía: es mi culpa, por haber creído que la fiscalía estaba haciendo su trabajo.
Todos los colectivos de búsqueda, y familiares de víctimas, saben que las autoridades no hacen mucho, ya sea por desidia, incapacidad, porque están rebasados o una buena combinación de las tres. Si la presión de los medios ayuda, a veces, a movilizar a las autoridades, ¿cuántas horas de radio, televisión y páginas de la prensa necesitaríamos para escuchar las historias de todas las mujeres que desaparecen a diario? ¿Cuántas horas extra al día necesita el gobernador de Nuevo León, o de cualquier estado, para atender personalmente a todos los familiares? ¿Cuánto tiempo más vamos a seguirlos viendo aplicar medidas ya cuando las mujeres no están? ¿Quién va a crear una estrategia de prevención? ¿Quién tendrá los ojos puestos en un posible futuro mejor?
“Todos los días nos reunimos los que estamos aquí y recibimos el parte de lo que está sucediendo, y afortunadamente en el último reporte, esto lo informó la secretaria, tuvimos ya una disminución en feminicidios. ¿No pones la gráfica?” López Obrador, 22 de abril de 2022. El dato es falso, los feminicidios no van a la baja, y reunirse todas las mañanas para contar muertas, no es una estrategia. Pero no pasa nada, mientras no hables con los medios.