Llevamos mas de un año con esta pandemia, y pareciera que ya olvidamos que cada vez que vemos lo que está pasando en Europa o Estados Unidos, es una especie de película adelantada, que tarde o temprano, se estrenará en el país. La semana pasada en la cuenta de Twitter del Gobierno de México se publicó el siguiente mensaje: En el mundo no existe evidencia de epidemia por Covid-19 en menores. Ayer por la noche, a penas, ayer por la noche borraron el tuit. ¿Quién les lleva sus redes sociales?
Ah, ya entendí. Datos publicados por el New York Times: no sabemos si la variante Delta provoca una enfermedad más severa en niños, pero es tan contagiosa que ha aumentado los casos pediátricos. Del 31 de julio al 6 de agosto 216 niños fueron internados en el hospitalizados por día. Y esa es quizá una de las lecciones más importantes que desde la comunicación oficial no se ha entendido: el pensamiento científico.
La ciencia nunca dice: esta es la verdad única y el mundo es así. Dice: hasta hoy, lo que sabemos, con la información que tenemos es lo siguiente. Si hay nueva información, lo que sabemos también cambiará. Quizá lo más preocupante del inminente regreso a clases es que cuando la pandemia está en uno de sus peores momentos, no sólo implicará el contacto de niños, niñas y maestros, sino la movilidad que se genera alrededor de llevar a un menor a la escuela.
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Elegir se convierte en privilegio
Mientras las escuelas privadas dan la oportunidad de elegir entre modalidad en línea, híbrida o presencial, elegir, se convierte en un privilegio. Y quienes no puedan tener opción para decidir qué hacer con sus hijos, son generalmente las personas que se verán más afectadas para hacer frente a un contagio.
No son ideas, no es política, tiene que ver con las pesadillas que muchas de las familias que hoy nos ven, o que hoy están aquí con nosotros conocen: correr para encontrar hospital, batallar para llenar tanques de oxígeno que duran solo unas horas, ver como los ahorros se escurren a cada respiro, y no hay economía, ni fuerza humana que lo tolere.
Si bien, falta de entendimiento sobre el pensamiento científico ha hecho daños a través de la comunicación oficial y también la de los medios de comunicación, porque entendemos que los titulares absolutistas siempre venden más que la ciencia pura y dura. Otro de los grandes problemas viene de las sociedades.
En el caso de Estados Unidos, está perfectamente mapeado que las personas con mayor tendencia a seguir teorías de la conspiración y no creer en medidas como el uso de cubrebocas o la vacuna, son mayormente republicanos. Quisiéramos pensar que ya a estas alturas muchos de nosotros, o hemos estado enfermos o conocemos a alguien que lo ha estado o hemos perdido a alguien cercano. No es un asunto de fe, y de serlo, sería de fe en la ciencia.
Revocación de mandatos
Por último, esta semana se estará hablando mucho de la revocación del mandato. Es una nueva figura que permite a ciudadanos elegir si quieren que el presidente en funciones continúe los siguientes 3 años o se regrese a su casa. El tema es que no tiene todavía ley reglamentaria y hay varios proyectos que buscan ser los ganones. Ya estaremos planteando las preguntas que debemos hacernos, pero para dejarles con una en la cabeza, está la siguiente ¿Las mejores decisiones para un país son siempre las más populares?, ¿Qué nos conviene, un presidente que gobierne para mantener su popularidad, o a pesar de perder popularidad?
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